martes, 30 de agosto de 2011

Cuanto más te quitas más me pongo.

El corazón se droga. El corazón es drogadicto. Se droga con amor, con sueños cumplidos, con momentos de felicidad. Se le nubla la vista. Se niega a oir, a escuchar. Solo siente. Siente y padece.
El sentido común le tiende la mano, pero el corazón, cual niño jugando al borde de un abismo, se niega a escuchar. Le gusta jugar con fuego, le gusta errar, le gustan las nuevas experiencias, esas que quedan grabadas en tu memoria toda una vida.

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