Sonríe siempre, en cualquier momento y en cualquier lugar. Mira siempre a los ojos, no muestres nunca debilidad. Hazte valer, ¿qué puedes perder? Nunca pares de reír, aprovecha cada minuto que tengas, porque no se va a repetir.
Eso sí, si en algún momento, rompes a llorar, no te escondas. No es feo llorar.
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